Baker, D. 1989. Language Testing: A Critical Survey and Practical Guide. London: Edward Arnold.
Utilizar un examen, una prueba u otros medios para formular un juicio sobre los conocimientos, destrezas y competencia de una persona sobre un área determinada. En la clase de lengua extranjera el alumnado está constantemente comprobando y analizando distintas hipótesis sobre las formas lingüísticas de la lengua y sus funciones, y en este sentido está examinando su competencia comunicativa. También el profesor formula juicios sobre el comportamiento lingüístico de su alumnado, unas veces de modo informal e intuitivo, y otras de forma más controlada. A la hora de examinar conviene hacerlo siguiendo una serie de criterios. Debe realizarse de forma:
- práctica: el examen debe ser fácil de administrar y corregir;
- fiable: el mismo examen puesto a una persona en dos momentos distintos pero cercanos en el tiempo debería arrojar los mismos resultados; y
- válida: la prueba debe medir realmente lo que dice medir.
La práctica de examinar interactúa con otros aspectos de la enseñanza y aprendizaje de lenguas. Entre otros, podemos mencionar los siguientes:
- el diseño de curso, ya que los objetivos de un curso de estudios se deben reflejar en los contenidos y formato del propio examen;
- la metodología, puesto que los distintos tipos de pruebas han de reflejar el enfoque y el método particular utilizado en el curso;
- el análisis de necesidades, al hacerse necesaria la existencia de una estrecha relación entre las situaciones en las que se va a utilizar la lengua, el curso de enseñanza y la forma de examinar al alumnado; y finalmente,
- la repercusión o efecto del propio examen sobre la metodología de enseñanza.