Consejo de Europa. 2001. Common European Framework of Reference for Languages: Learning, Teaching, Assessment. Cambridge: Cambridge University Press. (Existe también una traducción-adaptación española del 2002 por parte del Instituto Cervantes, publicada en Madrid por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, y la editorial Anaya).
Listado de especificaciones de carácter graduado –de ahí el nombre de escala– referido a los conocimientos o actuaciones de un aprendiz en el uso de la lengua extranjera. Generalmente las escalas de descriptores están relacionadas con diversos niveles de dominio lingüístico y se utilizan fundamentalmente a la hora de diseñar cursos y programas, así como en la descripción del sistema de criterios de evaluación adoptado.
El Marco Común Europeo de Referencia para las lenguas: aprendizaje, enseñanza, evaluación persigue como uno de sus objetivos principales ayudar a los usuarios a describir los niveles de dominio lingüístico exigidos por los exámenes y programas de evaluación existentes, con el propósito de hacer más fácil la tarea de comparar y convalidar los distintos sistemas de certificaciones y exámenes. Para ello se establecen una serie de niveles comunes de referencia que se han descrito en función de un conjunto de descriptores ilustrativos. Estos descriptores están referidos a las tres categorías siguientes: actividades comunicativas, estrategias y competencias comunicativas. Con respecto a las actividades comunicativas, se presentan descriptores de lo que “puede hacer” el usuario de la lengua en cuanto a la comprensión, la interacción y la expresión. Los descriptores que se centran en las estrategias también toman como referencia lo que es capaz de hacer el alumnado en relación con algunas estrategias que se utilizan en la realización de actividades comunicativas. Por último, los descriptores de las competencias comunicativas se presentan de forma escalonada para distintos elementos de la competencia lingüística, de la competencia pragmática y de la competencia sociolingüística.
Todos estos descriptores son de carácter global y se han confrontado con los distintos niveles comunes de referencia. Por otra parte, se ha intentado que sean breves en su formulación, así como claros y transparentes. En todos los casos se ha tomado como punto de partida lo que “puede hacer” el aprendiz, es decir, su formulación siempre es positiva.
Por otra parte, se ha realizado una distinción funcional entre tres tipos de escalas de la lengua, teniendo en cuenta el destinatario de las mismas: escalas centradas en el usuario, escalas dirigidas a los examinadores y escalas centradas en los responsables de confeccionar las distintas pruebas
Las escalas centradas en el usuario proporcionan información sobre los comportamientos típicos o probables del alumnado en cualquier nivel concreto. Por ejemplo, “Consigue comunicarse en tareas y situaciones sencillas. Con la ayuda de un diccionario puede comprender mensajes de forma sencilla y sin diccionario puede comprender lo esencial”.
Las escalas centradas en el examinador regulan el proceso de evaluación. La evaluación es entendida en términos sumativos y evalúa el dominio lingüístico del alumnado en una actuación concreta. Estas especificaciones están formuladas en función de la calidad de la actuación esperada. Esto quiere decir que se refieren directamente al rendimiento del alumnadp e indican en qué medida realiza bien o mal una actuación concreta. Algunas de estas escalas evaluadoras son globales mientras que otras son analíticas, es decir, se subdividen en distintos apartados.
Por último, las escalas concebidas para las personas responsables del diseño de pruebas proporcionan pautas y guías para la confección de los exámenes en niveles apropiados. Estas escalas se organizan en función de las tareas concretas de comunicación que se podrían pedir al alumnado que realiza las pruebas. Se formulan sobre todo aquello que es capaz de hacer el estudiante. Por ejemplo: “Da información detallada sobre su familia, sus condiciones de vida, sus estudios; describe aspectos de la vida diaria”.
Además de estas tres escalas generales, existen otras para la evaluación que realiza el profesor y para la autoevaluación del alumnado. Estas describen no solo lo que el discente es capaz de hacer, sino también en qué medida lo hace bien o mal.
Fulcher, G. 2010. Practical Language Testing. London: Hodder Education.
Harris, M. & McCann, P. 1994. Assessment. Handbooks for the English Classroom. Oxford: Heinemann