Orientación educativa

El objeto de esta disciplina es el asesoramiento a los estudiantes sobre su situación académica y los modos de superar las dificultades que se puedan presentar a la hora de aprender, escoger entre varias opciones o prepararse para una profesión. La formación de orientadores tiene tradición en las titulaciones universitarias de Ciencias de la Educación (Pedagogía, Psicopedagogía, Psicología Escolar), aunque también en las sociales (Sociología, Psicología Social) cuando su objeto es la orientación profesional.

La labor del orientador puede fundamentarse en distintos modelos de intervención que van desde la actuación individualizada a la organización de programas de orientación o de propuestas tecnológicas para las acciones de autoayuda. Para realizar su trabajo el orientador ha de disponer de información sobre los sujetos (rendimiento académico, resultados de tests, motivación, etc.) y al mismo tiempo de información sobre la oferta educativa y/o la del mercado laboral.

En los centros de primaria y secundaria de nuestro país, los orientadores prestan una especial atención a la coordinación de las actividades tutoriales, al apoyo de las acciones de orientación y tutoría realizadas por el profesorado, y a la adquisición por parte del alumno de técnicas de estudio apropiadas.

La actual ley que regula el sistema educativo español (LOGSE) reconoce que todos los alumnos tienen derecho a recibir una adecuada orientación psicopedagógica, para lo que atribuye esta función, en primera instancia, a los tutores de cada curso, y en segunda, al profesorado especialista en Pedagogía o Psicología que dirija el Departamento de Orientación del centro.