Bisquerra Alzina, R. 1989. Métodos de investigación educativa. Guía práctica. Barcelona: CEAC.
En investigación experimental, se denomina así a un grupo de individuos objeto de estudio que poseen algún rasgo en común como, por ejemplo, la edad, la clase social, el coeficiente intelectual (ci), la puntuación obtenida en un examen o el tiempo que han estado estudiando una segunda lengua (seis meses, un año, etc.). Un análisis de cohortes consiste en investigar los cambios que se producen en los patrones de comportamiento de esos grupos a lo largo de un periodo de tiempo. El caso más sencillo es el estudio de una cohorte en dos momentos distintos (un análisis parecido al método longitudinal). No obstante, estos análisis son más útiles cuando se cuenta con varias cohortes y se realizan más de dos observaciones de cada una. Un análisis de este tipo se diferencia de un estudio longitudinal porque no se observa a los mismos individuos, sino a distintos grupos, y también es distinto de un estudio transversal porque el análisis de cohortes a menudo abarca periodos de tiempo muy largos (por ejemplo, 20 años). La información que se obtiene en un estudio de cohortes se suele disponer en las denominadas tablas de cohortes; en ellas pueden figurar, por ejemplo, los datos relativos a la edad de los grupos (primera columna), a los momentos en que se realizan las observaciones (primera fila) y, en las celdas diagonales, los datos correspondientes al análisis de cada cohorte, por ejemplo: el porcentaje (46%) de alumnos varones entre 25 y 35 años matriculados en 1997 en un curso de L2.
Lowie, W. & Seton, B. 2013. Essential Statistics for Applied Linguistics. London: Palgrave.