Ellis, R. 1991. Understanding Second Language Acquisition. Oxford: Oxford University Press.
En el ámbito de la adquisición de la L1, se trata de una variedad de lengua utilizada por los padres al dirigirse a sus hijos pequeños. Este fenómeno también ha ayudado a ilustrar e incluso a caracterizar, determinados aspectos y teorías en el aprendizaje de la L2, sobre todo aquellos relativos a la naturaleza de la interacción y del aducto o información lingüística a la que está expuesto un estudiante. Se cree que en la interacción entre el profesor y el alumno, así como entre un hablante nativo y otro no nativo existen rasgos que son característicos del habla materna. Siguiendo a Ellis (1985c, 1994), podemos resumir como sigue los hallazgos más relevantes de la investigación llevada a cabo en este campo:
- El habla materna se caracteriza por estar bien conformada, detectándose muy pocas formas no gramaticales; sin embargo, se identifican un cierto número de ajustes formales: oraciones cortas y sencillas con escasa presencia de construcciones coordinadas y subordinadas, y uso de preguntas cuya respuesta ya es conocida de antemano por el propio hablante.
- Tres son las funciones principales de este tipo de lenguaje: función de socialización, instrumento para favorecer la comunicación, y medio de enseñanza de la propia L1.
- Los ajustes o modificaciones introducidas por los padres al dirigirse a sus hijos vienen determinados por el nivel de percepción que ellos tienen del grado de comprensión que manifiestan sus hijos.
- En cuanto a los efectos de esta variedad de lengua, la investigación realizada demuestra que el entorno lingüístico no produce ninguna variación en la ruta de adquisición de los niños, es decir, no se detectan cambios importantes en las distintas etapas por las que va pasando en su aprendizaje de la L1; por el contrario, parece totalmente comprobado que el habla materna se ve reflejada en el grado de rapidez con la que los niños aprenden la lengua.
- Resulta totalmente necesario que se produzca una conexión directa entre la forma visual y la modalidad oral para que tenga lugar el aprendizaje; en otras palabras, los niños tienen que ser capaces de asociar lo que oyen con lo que ven para que haya adquisición. El habla materna se caracteriza por estar acompañada de una información referencial evidente para el niño, que le permite asociar lo percibido con la forma lingüística correspondiente.
Ellis, R. 1994. The Study of Second Language Acquisition. Oxford: Oxford University Press.
Snow, C. & Ferguson, C. (eds.) 1977. Talking to Children. Cambridge: Cambridge University Press.
Wells, G. 1981. Learning through Interaction. Cambridge: Cambridge University Press, 1981.