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La multimodalidad da cuenta de cómo, en la comunicación, frecuentemente empleamos distintos “modos” o medios de significación de forma orquestada, lo que da lugar a un ensemble (Kress 2010) en el que se combinan una pluralidad de signos. Hay al menos 5 modos generales de significar: lingüístico, visual, auditivo, gestual y espacial, cada uno de los cuales constituye un sistema semiótico con su propia gramática. En realidad, toda comunicación es, en principio, de naturaleza multimodal. Así, en un libro impreso se combinan el lenguaje escrito con aspectos visuales, tales como tipos de letra, dibujos o fotografías, y espaciales, tales como el tamaño de los títulos y fotografías, su disposición en la página, los márgenes, etc. Del mismo modo, en una conversación, se combinan el modo lingüístico con el gestual (cara, manos), el auditivo (entonación, volumen) o el espacial (por ejemplo, la distancia entre los interlocutores o proxemia). En la actualidad, la comunicación en ámbitos cotidianos como son el mundo de la publicidad, de la enseñanza, de la comunicación profesional o de las relaciones sociales o privadas, sea a través de los nuevos medios o soportes digitales, sea a través de medios clásicos como el papel, se caracteriza por una elevada multimodalidad. La necesidad de incorporar la multimodalidad en la enseñanza de lenguas extranjeras responde, al menos, a dos objetivos. En primer lugar, el poder contrarrestar el sesgo lingüístico tradicional de la enseñanza de lenguas y acomodar el currículo a las necesidades reales de los aprendientes en un mundo dominado por la comunicación multimodal. Lo que se persigue es el desarrollo de una "competencia comunicativa multimodal", a través de actividades como la composición multimodal (digital o no), la elaboración de videos o la participación en juegos multiparticipantes en línea en las que el aprendiente maneja distintos medios como la voz, la imagen, el sonido y, por supuesto, también el texto. En segundo lugar, un enfoque multimodal en la enseñanza de lenguas, incluido el uso de materiales multimodales (audiolibros, videos, videojuegos, etc.) se ajusta mejor a la forma de producir y comprender significado de las nuevas generaciones de aprendientes, lo que aumenta, entre otros, su motivación por el aprendizaje y, ulteriormente, también sus resultados. El enfoque multimodal se enfrenta, sin embargo, a varios tipos de problemas, entre otros, la falta de formación específica del personal docente o el sesgo lingüístico de muchas de las pruebas de evaluación de competencia en idiomas extranjeros que se llevan a cabo en la actualidad.
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