Dakin, J. 1975. The Language Laboratory and Language Learning. London: Longman.
Aula dotada de pupitres o cabinas individuales para los alumnos equipadas con dispositivos para la reproducción de medios audiovisuales y una mesa o cabina de control para el profesor. El laboratorio de idiomas permite practicar y mejorar las destrezas de comprensión y expresión oral mediante la realización de diversos tipos de ejercicios. El laboratorio de idiomas surgió a partir de la sofisticación de los materiales auxiliares y de apoyo en la enseñanza.
Los servicios que un laboratorio de idiomas debe ofrecer al alumno son los siguientes:
- calidad y claridad de audición, requisito básico puesto que en un laboratorio de idiomas se trabaja con sonidos;
- la posibilidad de controlar la reproducción (detenerla, reiniciarla, repetir una secuencia, etc.) desde el puesto del alumno;
- posibilidad de trabajar a su propio ritmo; y
- posibilidad de seleccionar su material con libertad.
El profesor a su vez podrá:
- escuchar y comunicarse con cada estudiante mediante sus auriculares utilizando los mandos de su mesa de control; de esta manera le será posible resolver problemas y corregir posibles errores en el sistema de trabajo seguido por los estudiantes así como evaluar su actuación; y,
- controlar los programas de audición desde su mesa utilizando los mandos de su panel de control.
En los años 60 y 70 los laboratorios de idiomas tuvieron un gran auge con el método audiolingüe. Hoy en día estas instalaciones se han modernizado con la incorporación del ordenador y la red informática como elementos básicos, y han dado paso, cada vez con más frecuencia, a los denominados centros de autoaprendizaje.
Stack, E. M. 1971. The Language Laboratory and Modern Language Teaching. London: Oxford University Press.