Appel, R. & Muysken, P. 1987. Language Contact and Bilingualism. London: Edward Arnold.
Conjunto de rasgos característicos de la pronunciación no nativa que generalmente son resultado de la interferencia de la lengua materna. El grado en que estos rasgos se manifiestan en la pronunciación de la segunda lengua suele estar relacionado con la edad a la que esta se ha aprendido; así, una vez traspasado el periodo crítico entre los nueve y los catorce años, los hablantes de español como lengua materna suelen experimentar mayores dificultades para reproducir con naturalidad ciertos elementos y fenómenos propios de otros idiomas, como, por ejemplo, la aspiración de las oclusivas sordas iniciales del inglés, las vocales nasalizadas del francés o la fricativa palatal sorda del alemán (como en el pronombre ich) y, al hablar estas lenguas, pronuncian estos elementos aproximándolos a sonidos más característicos del español. La edad de adquisición no es, sin embargo, la única causa. Otros factores, tales como la frecuencia con la que el aprendiz tiene ocasión de interactuar con hablantes nativos o tiene acceso a modelos nativos (a menudo los profesores de lengua extranjera no son hablantes nativos), y, sobre todo, su motivación para imitar esos modelos, desempeñan un papel importante.
Para las comunidades de inmigrantes de una misma procedencia que se han ido estableciendo en países como Estados Unidos, Gran Bretaña, Alemania o Francia, el acento extranjero puede convertirse en un rasgo que contribuye a mantener la cohesión del grupo, al menos para la primera generación.
Gass, S. y Selinker, L. 2001. Second Language Acquistion: An Introductory Course. Hillsdale, H. J.; Hove: Lawrence Erlbaum Associates. 2nd edition.